Los empresarios del transporte urbano de la capital han adoptado una nueva manera de mostrar sus exigencias a las autoridades de la Dirección General del transporte (DGT): la colocación de carteles en sus unidades.
Con improvisados letreros, los transportistas demuestran su descontento ante la circulación de cientos de unidades ilegales en la ciudad, la falta de inclusión en las negociaciones del Trans 450, el retraso en pago de subsidios, bonificaciones y la inseguridad a la que se enfrentan a diario.
Según Marvin Galo, presidente de la Asociación de Transporte Urbano, esta medida marca solo el inicio de una serie de presiones que harán al gobierno hasta que cumpla con sus exigencias.
"Hemos demostrado ser un sector de diálogo, pero este tiene su límite, esta es la última semana de espera que damos al gobierno, ya tenemos programada una asamblea general para determinar las acciones a seguir", indicó Galo.
Con la circulación, según ellos, de unos 800 microbuses "brujos" en las rutas actuales de transporte urbano, los empresarios del rubro sienten amenazada su inversión con la introducción de 200 autobuses nuevos en el denominado servicio ejecutivo.
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